jueves, 2 de agosto de 2007

Sobrevivir con la dislexia y mucha astucia

Desde Chile nos llega una emotiva carta de Julia Maria Flores Méndez , que nos ha parecido muy interesante reproducirla para todos vosotros, por el ánimo que nos da para seguir en la lucha, y sobre todo, su ejemplo.


Buenas tardes, soy una mujer chilena de 53 años, con hijos y nietos. Buscando información sobre la dislexia, me encontré con vuestra página.
Paso a referirme al por qué de mi comentario o testimonio. Me descubrieron a los 35 años, por esas cosas del destino, que era una disléxica no tratada. La persona que lo descubre es un sicólogo del cual yo era su secretaria. Mientras él me daba una instrucciones, se da cuenta que yo usaba ciertos mecanismos, para diferenciar, izquierda, derecha, arriba ,abajo. Me pregunta de por qué lo hago, le respondo, que siempre he tenido dificultades para orientarme, cual es la derecha y cual es la izquierda. me somete a una batería de test, y descubre que soy disléxica.
Me explica toda la situación y ahí se me viene a la mente, todas las dificultades que tuve de niña para aprender a leer y a escribir, y aún grande seguía confundiendo letras, invirtiendo números, saltándome frases completas al escribir. Le cuento al sicologo, que he tenido una madre super estricta, donde para ella,y en esos años, no cabía la dislexia sino la flojera.
Más encima a los 6 años me pone a estudiar piano, me era difícil leer, mucho más me costaba leer partituras. A esto hay que agregar una hiperactividad, que todavía me acompaña.
Después de el análisis del test, empiezo a reflexionar como ha sido mi vida como disléxica no tratada y descubrí la cantidad de triquiñuelas que aprendí para superar las dificultades.
Como soy multicanal, eso la traduje a trabajo y podía estar haciendo como 3 cosas simultáneamente, toda esa información que me llegaba al cerebro, en vez de distraerme, le daba formas y las ponía en acción. Me gusta mucho la música, toco piano y guitarra. Al único problema que me enfrento, es que al no tener un colador en mi cerebro, me estresso con más facilidad que otras personas.
Me alegro al encontrarme con esta página, y darme cuenta que los papas de hoy se preocupan, por estos problemas en sus hijos, no tuve esa suerte ya que en los años 60 de esto, no se hablaba.
Mamas, Papas de hijos disléxicos en cada uno de ellos hay un tremendo potencial, lo único que uds. deben seguir insistiendo, es que la medicina haga más estudios sobre esta situación, creo que todavía quedan muchas cosas por descubrir. Se los testimonia una mujer de 53 años que aprendió a sobrevivir con una dislexia, con mucha astucia.


Gracias Julia María por tu testimonio, por tu fuerza para superar los problemas y convertirlos en un don, en algo positivo. Y gracias por el aliento que nos das para seguir trabajando por nuestras hijas e hijos.

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