jueves, 1 de noviembre de 2007

LA DISLEXIA Y YO



























La ilustración es de Juan Manuel Montiel

Por Jose Luis de Cabo Álvarez


Por ser la Dislexia esa cosa que no se ve físicamente y que afecta tanto a las persona que la tenemos, y nos hace tanto padecer, agravada con la falta de información para la mayoría de ésta sociedad que nos rodea y en la que vivimos, inaudita ya su estancia entre nosotros, con tantos avances tecnológicos, y sin resolver a día de hoy.

Me pregunto muchas, veces --y son muchas al cabo de los años-- la semejanza que veo entre el amor y ésta, pues si al enamorarse uno sueña y desea estar cuanto más tiempo junto con su amada/o, me pregunto por que he sido yo tan
bien amado, por cierto a pesar mío y sin hacer nada para tal cariño para mi desgracia, por la dislexia. La cual, desde que soy consciente, no me ha dejado ni a sol ni a sombra, y lo peor, sin esperanza de separación de ella.
Me iré, si no encontramos remedio, a la tumba con ella. ¡Que horror!NO consigo despegarme de esta, a pesar de los años pasado juntos, no se cansa de mi, con los muchos reproches y desprecios que me hago y le dedico a ella.
En los momentos felices de mi vida está paciente, amargándome con su presencia. Lo mismo ocurre en los momentos triste, ahí la tengo.
Yo he querido siempre escribir sin faltas de ortografía, haber leído bien, entender mejor lo leído, más rápidamente, comprenderlo y retenerlo en la memoria, más y mejor para así recordar lo estudiado.

El aprender de todo quiero y necesito. El hablar mejor mi idioma español; imposible estudiar idiomas, a diferencia del que no padece dislexia.
Queremos ser mejores y no podemos a pesar de esforzarnos siempre. El tiempo de aprendizaje, penoso siempre por la tardanza también en obtener resultado, cuando los demás lo hacen y nosotros no podemos.
Cuantos intentos y cortapisas veo actualmente en los niños que van a los colegios, que como yo tienen estos problemas todavía sin solucionar, que me recuerdan con rabia y mucha tristeza los propios vividos míos, y los que les quedan por vivir.

Espero y deseo, por el bien de nuestra llamada humanidad, podamos combatir y ganar pronto a la dislexia como a las enfermedades a las que por desgracia todavía no hay cura, que oprimen a las familias de una parte importante de la sociedad que formamos todos nosotros.
Es pues, necesario, redoblar esfuerzos, tomar más conciencia colectiva y no
vernos como casos individuales, estos problemas que nos afectan a todos en mayor o menor problema.
La globalización debe unificar estos problemas, entre otros que son comunes, para combatirlos juntos que hoy padecemos, y los que puedan surgir en España, en Europa,...en el mundo entero.
En cuanto a lo que dicen algunos, que al nacer somos todos iguales y tenemos las mismas oportunidades luego,.... que me lo pregunten a mi.
Atentamente,
José Luis Cabo Álvarez, socio de Dislexia sin Barreras, en Alcorcón

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